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La misin 107 de Open Arms zarp desde el puerto de Barcelona hacia el Mediterrneo central en Nochebuena. Es la misin de Navidad que tiene un carcter ms entraable debido a la coincidencia de las fiestas ms importantes de Occidente. La ONG afincada en Badalona contina con el compromiso de rescatar vidas humanas en las aguas consideradas las ms peligrosas del mundo. Mientras Occidente se engalana con luces y celebra la llegada al mundo de un nio que naci en Palestina y cambi la historia, un grupo de personas activistas unidas por la humanidad dejan sus hogares y familias y se embarcan con el convencimiento de salvar vidas.
Un total de 20 personas, comandados por el capitn, dos oficiales, los oficiales encargados de mquinas y los marineros, conforman la tripulacin necesaria y obligatoria con experiencia en navegacin para que el barco pueda llegar al destino previsto en tres das, que dura la travesa hasta estar en zona SAR, el rea de bsqueda y salvamento en sus siglas en ingls, en aguas internacionales frente a las costas libias y tunecinas.
Luego est la parte voluntaria: cuatro socorristas, una mdica, una enfermera, un mediador sociocultural experto en mediacin social y conocimiento del idioma rabe, y el que no dudan en decir que es “la persona ms importante de la misin: el cocinero”. La misin est coordinada por el SAR Coordinator (las siglas en ingls de Bsqueda y Salvamento), que es el jefe de misin, un puesto que sin duda lleva todo el peso de la responsabilidad a bordo.
La tripulacin del Open Arms pas la Nochebuena navegando con un buen clima y rumbo directo a la zona de rescate. Tras la maniobra de salida de puerto, esperaba la cena preparada por Fernando, un valenciano aficionado a los fogones y comprometido con la causa humanitaria que se ha unido a la misin Navidad de forma voluntaria.
Nadie embarca en una misin si no est comprometido y cree en lo que hace la ONG, tanto Fernando como la tripulacin saben que rescatar vidas en el mar es un acto obligatorio y que no debera estar en manos de barcos civiles de organizaciones, sino que el compromiso corresponde a los Estados que tienen la obligacin de cumplir estrictamente con la ley del mar. El men para celebrar la cena de Nochebuena no difiere mucho del de cualquier otro da en navegacin. La diferencia es que, tras la comida compuesta por ensalada, algo de carne y verduras, se brinda al personal con un poco del sabor dulce de la Navidad, con turrn y algn manjar representativo de estas fechas.
Tras tres das de una navegacin tranquila, la tripulacin y los voluntarios de Open Arms se preparan para cuando llegue el momento de recibir algn aviso urgente de alguna embarcacin en peligro. De hecho, los integrantes de la misin no paran de recibir formacin durante la travesa, formacin de primeros auxilios que el equipo de sanitarias a bordo se encarga de impartir. El engranaje tiene que estar listo para cuando llegue el momento. A la hora de asistir a las personas rescatadas que embarcarn, todo el componente humano tiene asignada una tarea en perfecta coordinacin con el jefe de misin.
A bordo del Open Arms, las horas transcurren con una calma tensa que contrasta con el bullicio festivo del mundo en tierra. En un paralelismo histrico, no se puede ignorar la similitud con un relato ancestral: el de una familia humilde en Beln, cuyo hijo marc un antes y un despus en la historia. La Navidad recuerda el nacimiento de ese nio. De forma similar, las personas a bordo buscan un refugio seguro, una oportunidad para reconstruir sus vidas con dignidad. Esta narrativa, a pesar de los milenios de distancia, sigue repitindose en el presente, uniendo a las personas en una constante bsqueda de esperanza y un hogar.
El barco arrib al corazn del Mediterrneo la noche del mircoles. Ahora la tripulacin de Open Arms se enfrenta a un escenario peligroso cerca de las costas de Libia. En las guardias, que se hacen en el puente, se montan dispositivos de bsqueda a ambos costados del barco. A medida que navega de este a oeste por la zona y ayudado por los instrumentos de navegacin electrnica, el barco sobrepasa los restos de embarcaciones destruidas por la guardia costera libia cuando las interceptan para ponerlas de vuelta, unas devoluciones en caliente que nadie registra. Los libios obedecen el mandato que a golpe de talonario ha impuesto la UE. Las personas que deberan ser protegidas y amparadas por las leyes internacionales, son protagonistas y a la vez testigos mudos de una crisis humanitaria persistente.
Una ltima prctica de entrenamiento nocturno. El jefe de misin convoca a la tripulacin a las 22 horas en cubierta para hacer un ejercicio de prcticas de navegacin nocturna. Diez minutos despus, las RHIBS (lanchas de rescate) son arriadas al mar con los 8 tripulantes a bordo, incluidos los dos periodistas embarcados en esta misin. Lo que iba a ser un ejercicio de bsqueda y localizacin de puntos en el mar se convierte en un escenario real, ya que se recibe un aviso que alerta de un bote perdido en coordenadas cercanas a la posicin del barco. Una embarcacin con alrededor de 50 personas a bordo. Tras tres horas de rastreo, el jefe de misin ordena la vuelta al barco. No hay rastro de ninguna embarcacin. Segn todos los indicios, fueron interceptados por la patrullera libia despus de responder al Mayday lanzado desde la embarcacin.
Ya de vuelta, el jefe de misin, Mauro Di Si, avisa que posiblemente se reciban nuevos avisos debido a que el estado del clima es bueno y el mar est en calma. A las 08:55 se recibe un comunicado por radio en el puente desde el “Colibr 2”, un avin de la ONG “Pilotos Voluntarios”, avisando que haba localizado una embarcacin a unas 30 millas de donde se encontraba el Open Arms. La ayuda de las avionetas de rescate es fundamental para detectar a las embarcaciones que a diario salen desde las costas de Libia o Tnez. Tras el aviso, se activ el protocolo de rescate que coordina las operaciones y se envi al equipo de socorristas para encontrarse con la embarcacin en las dos lanchas rpidas que pueden alcanzar hasta 36 nudos de velocidad, lo que corresponde a unos 70 Km/h sobre las olas del mar, logrando localizarla una hora despus en comunicacin con la aeronave y avistar a las 55 personas que viajaban en un bote de fibra que navegaba a duras penas con rumbo norte.
En la operacin, fueron puestas a salvo dos mujeres, una de ellas embarazada y a punto de dar a luz, la cual, tras un examen mdico, se comunic a las autoridades italianas que tena que ser evacuada de urgencia. Tras aceptar el caso, se pudo desembarcar a la mujer en el puerto italiano de la isla de Lampedusa. La otra mujer estaba con sus dos hijos, una nia de 7 y un nio de 9, y con su marido. Las personas rescatadas procedan de Sudn, Eritrea, Somalia, Bangladesh, Marruecos y Argelia.
Tras la operacin de rescate y cumpliendo con el “decreto Meloni”, las autoridades italianas que coordinan los rescates en la zona SAR de esa parte del Mediterrneo asignaron el puerto de Gnova para el desembarco. La nueva ley promovida por el gobierno ultraderechista dirigido por Georgia Meloni no permite hacer ms de un rescate a los barcos de salvamento de las ONG que operan en el Mediterrneo Central. La orden obliga a que una vez reportado al centro de coordinacin en Roma el fin de la operacin de salvamento, las autoridades asignen un puerto lo ms rpido posible y obliguen al capitn del buque a poner rumbo hasta el mismo sin detenerse ni salir de la derrota, ni para atender a otras embarcaciones que estn en peligro. Un puerto a ms de 1.200 kilmetros de distancia y otros 4 das de navegacin. Para los responsables de Open Arms, esta ley es solo una forma de mantener a los barcos alejados del rea que cubre la ruta desde las costas del norte de frica hasta Europa y que la consecuencia es que ms personas se ahoguen en el Mediterrneo.
Finalmente, debido a las condiciones adversas de la meteorologa en el Golfo de Gnova y a la peticin desde el Open Arms de reasignacin de un puerto ms cercano y en condiciones ms seguras, las autoridades italianas accedieron a desembarcar a las 54 personas en el puerto de Civitavecchia, en la capital de Italia, el ltimo da del ao. Tras haberlos dejado en tierra atendidos en primera instancia por la Cruz Roja Italiana, el barco volvi a salir con direccin a la zona de rescate en el Mediterrneo.
Tras dos das de travesa, se volvan a divisar en 360 grados las inmensas plataformas petrolferas que estn extrayendo petrleo durante todo el da. Sus chimeneas iluminan el horizonte con una llama incandescente que denota la paradoja de la historia: productoras de energa para Occidente y testigos de dramas humanos y sufrimiento.
Solo llegar al rea de operaciones, un aviso de emergencia informaba de una embarcacin en muy mal estado que haba salido de Tnez seis das antes y que estaba desaparecida. Otra vez los rescatistas a toda velocidad con un mar embravecido que hace la navegacin dura. Al llegar, se divisaba una embarcacin de acero con alrededor de 60 personas a bordo. Una embarcacin que estaba sobrecargada y con mucha agua de mar dentro, segn Matas, el patrn de la Echo 1, la lancha de rescate, no le quedaba ms de una hora flotando. La otra lancha, FER, se haba desviado para atender a otro bote de madera que el Colibr 2 haba localizado tambin. Se estaba procediendo a hacer 2 rescates simultneos. En ese bote iban 6 personas. Era el primer rescate del ao 2024 en aguas del Mediterrneo.
Amala, un beb de 18 meses de vida, viajaba en la embarcacin de hierro en los brazos de su madre, Hadiya, una joven maliense que llega embarazada de 2 meses. El bote estaba semihundido prcticamente cuando llegaron las lanchas de rescate. Un barco mercante que se encontraba por la zona de rescate los acompa mientras llegaba el equipo de socorristas de Open Arms. El barco, de bandera de Mongolia y de nombre SALIX, actu segn el protocolo que marcan los tratados internacionales de la OMI, ayudando a cualquier embarcacin con personas a bordo en peligro de naufragio. Los tripulantes del barco mongol no dudaron en brindar agua, galletas y mantas para que los voluntarios de la ONG espaola traspasaran a los sedientos tripulantes del bote en peligro. Las 55 personas, incluida la madre de Amala, dos mujeres ms, una nia de 8 aos y varios nios menores de edad que viajan solos, salieron de las playas de la ciudad tunecina de Sfax seis das antes de su rescate. El milagro se produjo en la poca navidea, un beb que hua de la precariedad y la violencia, buscaba refugio al igual que aquella pareja de palestinos que huan de los romanos y que encontraron refugio en un establo donde naci el nio que cambi la vida del mundo.
Todas las personas eran de origen subsahariano, procedentes de Ghana, Gambia, Camern, Mali y Costa de Marfil. Eran personas migrantes que huan del hambre y la desesperacin. Como la madre de Amala, un beb de ojos grandes, que llevaba tres aos en Libia. Ella asegura que todas las mujeres que llegan a la frontera con el pas norteafricano son vctimas de abusos por parte de los traficantes de personas. Hadiya huy de Mali porque su padre la obligaba a mendigar por las calles para sobrevivir. El hombre maltrataba a su madre, y ella no quera convertirse en otra vctima de la situacin que viva en el pas subsahariano. Tambin nos cont que haba sufrido la temida ablacin genital, realizada por su abuela cuando tena solo dos aos. Ella afirma que nunca hara eso a ninguna nia y que ha podido comprobar que, aunque los libios son sus hermanos musulmanes, la mayora carece de buen corazn.
Ahora, Hadiya viaja segura en la cubierta del Open Arms junto a su beb Amala. Ella llegar a Italia y luchar para que su marido y el padre de Amala puedan reunirse con ella y tener una vida mejor. l se qued en Tnez esperando una oportunidad para llegar a Europa.
La misin de Navidad de Open Arms est a punto de terminar. Con el desembarco de las 60 personas en el puerto de Salerno, el barco quedar a la espera de renovar la tripulacin para regresar cuanto antes a la zona de operaciones en el Mediterrneo
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