El Gobierno español ha decidido elevar el choque diplomático con Argentina anunciando la retirada definitiva de la embajadora de España, María Jesús Alonso, a la que el ministro de Asuntos Exteriores había llamado a consultas sine die tras los exabruptos lanzados por Javier Milei contra la esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la que calificó de “corrupta”.

De esta forma, Madrid, a la vista de que el Gobierno argentino no está dispuesto a pedir disculpas, aumenta en un grado el conflicto con Buenos Aires. Por encima de esta decisión sólo caben otras dos medidas: la expulsión del embajador argentino en España y más grave aún, la ruptura de relaciones diplomáticas.

La retirada definitiva de la embajadora española es por tanto una medida intermedia entre la llamada a consultas y la expulsión del embajador o la ruptura de relaciones. En la práctica implica dejar en la representación diplomática española en Buenos Aires al número dos en calidad de encargado de negocios. María Jesús Alonso regresa pues definitivamente a España. Su número dos tendrá como labor preservar los intereses de los españoles residentes en Argentina, una comunidad que se aproxima al medio millón de personas así como el de las empresas españolas radicadas en aquel país. No obstante, la relación política queda rebajada a su mínima expresión.

La decisión del gobierno español podría dar lugar o no a la aplicación por parte de Argentina del principio de reciprocidad. En caso de hacerlo, el Ejecutivo de Javier Milei podría retirar a su embajador en Madrid. La decisión del Gobierno español tiene vuelta atrás, aunque esta no es sencilla pues, si los Ejecutivos de Sánchez y Milei solucionan el conflicto y España quiere recuperar a su embajadora, deberá solicitar plácet para hacerlo, ya sea para desplazar a la misma persona o a otra distinta.

De momento, España no ha dado los pasos más graves que existen en los usos diplomáticos. El siguiente a la retirada de embajadores sería la expulsión del representante diplomático argentino. En este caso la decisión debería estar acompañada de la declaración del mismo como persona non grata. La expulsión de un embajador no implica el cierre de la embajada que podría seguir prestando apoyo a sus nacionales aunque la relación política quedaría congelada. Para revertir esta medida sería también necesario que los países implicados en el conflicto solventaran sus problemas y a continuación se solicitara el plácet para el envío de nuevos embajadores. La ruptura de relaciones es la medida de protesta más grave y sí implica el cierre de la legación diplomática.

Una decisión histórica

La retirada de la representante en Argentina a raíz de las palabras de Milei contrasta con las decisiones tomadas por el Ejecutivo respecto a otras embajadas. Así, por ejemplo, España mantiene a su representante en Rusia pese a la invasión cometida por el ejército de Putin en Ucrania.

El antecedente más reciente de una decisión similar fue la llamada a consultas de Mariano Rajoy al embajador en Venezuela en 2016 después de que el presidente Nicolás Maduro calificara a su homólogo de “racista, basura corrupta y basura colonialista”. Con Argentina, no existe precedente de decisiones de este calibre, siendo esta la primera vez que se ejecuta una acción así desde que en 1860 Argentina y España comenzaran a mantener relaciones diplomáticas.

En un segundo nivel de gravedad, España, en los últimos años ha procedido en varias ocasiones a la expulsión de diplomáticos de otros países, si bien esta medida por su implicación es utilizada en pocas ocasiones. En 2011, España expulsó al embajador de Libia; en 2012, hizo lo propio con el embajador de Siria; en 2017, al más alto representante de Corea del Norte y en 2019, expulsó a tres diplomáticos bolivianos después de que Bolivia hiciera lo propio con varios diplomáticos españoles. En términos de ruptura de relaciones, el precedente más inmediato se encuentra en 1980, cuando el Gobierno español cortó relaciones con Guatemala tras la muerte de 39 personas en un incendio cuando el país americano se encontraba en plena guerra civil.