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Era lunes, el primer lunes desde que el Senado aprobara la aplicacin del artculo 155 de la Constitucin y autorizase as al Gobierno a destituir al presidente de la Generalitat. Carles Puigdemont no reconoci el cese y se auguraba otra jornada histrica si los miembros destituidos del Govern aparecan -slo lo hizo uno, Josep Rull, ahora president del Parlament-. El lder del 1-O, desde Instagram, haba deseado un “bon da” a sus seguidores esa maana con una imagen desde el interior del Palau de la Generalitat, alimentando las expectativas, pero para entonces ya cumpla su primera jornada fuera de Espaa. Hoy, cuando suma 2.475, el contador ha llegado a su fin.
La huida
Como en aquel momento, el secretismo ha sido el gran protagonista del regreso de Puigdemont. Apenas 24 horas antes del Pleno de investidura de Salvador Illa, acontecimiento que el lder neoconvergente ha utilizado como escusa para su regreso, Junts citaba a sus fieles en los aledaos de la Cmara para recibirle. Cmo ha llegado hasta all? Nadie sabe.
Pero su huida marc un estilo. Se fue con comitiva, escoltado por un reducido grupo de mossos y arrastrando a varios consellers. Entonces parti camuflado, era 29 de octubre de 2017 y su esposa lo sac ocult del garaje de su casa en Sant Juli de Ramis, municipio vecino de Girona. En Marsella se reuni con un grupo de ex consellers. Estaban dos que siguieron prfugos, Comn y Puig, y dos que volveran para ser juzgados, Forn y Bassa. Comn y Bassa, por cierto, de ERC. Desde Marsella, en un avin de Ryanair, viajaron a Bruselas. La maana del lunes 30, El Peridico adelant que estaba en Blgica y su abogado acab confirmndolo ese da. Se apareci, directamente, en rueda de prensa, el 31 de octubre. Ninguna ms hubo tan multitudinaria. Cay sobre l tambin un notable olvido internacional.
Primera comparecencia de Puigdemont en Bruselas, el 31 de octubre de 2017EFE
La justicia
Horas antes de conocerse que se encontraba en Bruselas, el fiscal general del Estado, Jos Manuel Maza, anunci una querella contra los miembros del Govern y la Mesa del Parlament por rebelin, sedicin y malversacin. Veinte das despus, Maza falleci tras sufrir una infeccin. Y, a la semana, muri Jos Mara Romero de Tejada, fiscal superior de Catalua, que tambin se haba querellado. Mientras Puigdemont acaparaba titulares, dos adversarios fallecieron repentinamente, pero la Justicia seguira siendo su peor rival. Hoy se expone al juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, quien hace apenas un mes declar no amnistiado el delito de malversacin de caudales pblicos en la causa del procs, impidiendo que Puigdemont tuviera va libre para volver.
Dos magistrados
Carmen Lamela, jueza de la Audiencia Nacional, fue quien dict la primera orden europea de detencin contra Puigdemont al mes de su fuga. Y Llarena, desde el Supremo, la retir semanas despus para evitar “respuestas contradictorias” entre los tribunales espaoles y europeos. En medio, el lder del procs hizo su primera visita a un magistrado: se entreg en Blgica, con otros cuatro ex consellers, y qued en libertad. En 2018 lleg la segunda euroorden, y al ao siguiente Llarena la reactiv al publicarse la sentencia del procs. Puigdemont compareci ante las autoridades belgas y qued libre. Llarena mantiene sobre l una orden de detencin en territorio espaol que obliga a cualquier agente que lo detecte a arrestarlo y ponerlo a su disposicin.
Dos prisiones
Alemania, 11.19 horas del 25 de marzo de 2018. Con la segunda orden de detencin en activo, Puigdemont viajaba desde Dinamarca, cruz la frontera germana y fue detenido por la Polica del estado de Schleswig-Holstein y fue trasladado a la prisin de Neumnster, donde permaneci 13 das. Qued despus en libertad, aunque fue obligado a fijar su residencia en Berln. Su segunda visita a una celda lleg el 23 de septiembre de 2021, en Cerdea (Italia). Visto y no visto, una sola noche, en medio de muchas dudas por una tercera orden de detencin que qued en el limbo al decretarse su inmunidad como eurodiputado. En Blgica, los magistrados estuvieron de su lado. En Alemania e Italia, no tanto.
Puigdemont abandona la crcel alemana, el 6 de abril de 2018AFP
Una decena de pases
Su huida sobrepasa cualquier experiencia Erasmus. Una decena de pases en siete aos, el continente de punta a punta: de las Islas Feroe y Finlandia a Escocia, con Suiza como destino por excelencia y Francia entre sus preferidos. El primer viaje, a Copenhague, pareca arriesgado, pues nada garantizaba que fuera de Waterloo los tribunales le seguiran amparando. Pero, una vez contrastado que la extradicin estaba muy lejos de ser una realidad, la mayora de sus movimientos por el continente apenas han hecho ruido. En el verano de 2021, durante el debate sobre si se le retiraba la inmunidad europea, aprovech para recorrer el pas galo -seis viajes-, aunque en esas mismas fechas decidi no ocupar su escao en Estrasburgo porque el Parlamento Europeo no le garantizaba la inviolabilidad. En este tiempo, el lder de Junts tambin ha hecho dos veces las maletas para irse de mudanza: la primera, forzosa, a Berln, y la segunda, en abril de este ao, en vsperas de las elecciones catalanas, para hacer campaa desde la frontera francesa, a la comarca del Vallespir.
Pistas falsas
Esta vez no ha hecho falta leer entre lneas las publicaciones de Puigdemont en redes sociales, pues tanto el ex president como los lderes de Junts llevaban semanas voceando la noticia de su regreso para que este hiciera el mayor ruido posible. Era tan explcito que algunos teman que fuera una maniobra de despiste. Otra ms. En enero de 2018, a una semana de que se constituyera el Parlament -sin l-, Puigdemont despert las expectativas sobre su vuelta con una imagen en Instagram tomada en el kilmetro 11,5 de la carretera C-38, que une los municipios gerundenses de Moll y Camprodn, limtrofes con la frontera francesa. Fue la primera falsa alarma, una de tantas.
Luto personal
El lder neoconvergente no volvi a Espaa cuando falleci su padre el 6 de noviembre de 2019, ni cuando muri su madre el 29 de abril de este ao.
Lder pleno
Puigdemont tampoco regres para recoger su acta de eurodiputado, ni para ser investido president cuando an le daban las cuentas, ni siquiera para celebrar la aprobacin de la Ley de Amnista. Sin embargo, ha estado ms que presente en la poltica espaola, y catalana. Encabez las listas de la coalicin Junts per Catalunya (integrada por Convergencia Democrtica de Catalua y el PDeCat) en las primeras elecciones autonmicas desde su huida -en las que Ciudadanos venci en votos- y, pese a intentarlo, no pudo ser investido telemticamente. Y, cerrando el crculo, lider las listas de Junts en los comicios del pasado mayo, aunque esta vez ser la suma del tripartito lo que le impida ser president.
Comn y Puigdemont en su primer da como eurodiputados, el 13 de enero de 2020
En el seno del independentismo no han faltado las idas y venidas en este tiempo, siempre con Puigdemont como protagonista. La derecha nacionalista catalana ha atravesado un baile de siglas en los ltimos siete aos y el lder fugado ha dejado su firma en todas ellas. El Partido Demcrata Europeo Cataln (PDeCAT), que sustituy en 2016 a Convergncia para maquillar los casos de corrupcin que arrastraba, meses despus concurri a las autonmicas en la coalicin Junts per Catalunya que lideraba Puigdemont. Para el ciclo electoral de 2019 -generales y municipales- se reedit esa suma, incluyendo tambin a la Crida Nacional per la Repblica (CNxR), el movimiento poltico integrado en torno a la figura del lder huido. Pero su golpe de efecto llegara en 2020: Junts, ya registrado como partido poltico y bajo el control de Puigdemont, se escindi del PDeCat y el fugado rompi su carn de afiliado, llevando consigo a muchos de los pesos pesados de la formacin -el PDeCAT se disolvi definitivamente en 2023-. Ahora queda por ver el efecto que tendr su vuelta en el liderazgo del partido.
Rehabilitado
Las elecciones generales de julio del ao pasado fueron la resurreccin de Puigdemont, lo que llev al secretario de Organizacin del PSOE, Santos Cerdn, a Waterloo, para dar al prfugo la foto que llevaba aos persiguiendo. Su poder de influencia era tal que logr forzar a los socialistas a trasladarse a Blgica si queran negociar la investidura de Snchez, y all acabaron sellando una amnista a su medida que de momento no le ampara plenamente por el delito de malversacin. Incluso tras su regreso, Puigdemont pretende seguir jugando sus cartas para poner en jaque al Gobierno espaol: este martes, Jordi Turull, secretario general del Junts, adverta a Snchez que, “si mira hacia otro lado” con una eventual detencin del lder neoconvergente, se replantearn seguir sosteniendo su Ejecutivo.
Puigdemont y Santos Cerdn, reunidos en Blgica el 30 de octubre de 2023EM
Pero Cerdn no fue la nica visita polmica que lleg a Blgica: lderes de Junts y del nacionalismo vasco (de Otegi a Ortuzar), la vicepresidenta segunda Yolanda Daz y mucho antes, tras salir de la crcel, Oriol Junqueras, su ex vicepresidente y gran enemigo.
Mecenas
Con su vuelta a Espaa, Puigdemont deja atrs una mansin en Waterloo -la Casa de la Repblica-, cuyo alquiler mensual superaba los 4.000 euros y que, segn la versin ms extendida, sufragaba su amigo Josep Maria Matamala, ex senador y uno de los pocos conocedores de su plan de huida. Tambin queda atrs su actual residencia en Francia -una casa rural que se alquilaba por 1.850 euros entre semana y 1.350 para sbados y domingos- y, adems de infinidad de polmicas polticas y judiciales, permanece sin resolver la pregunta de quin sostuvo su economa.
Reencuentro de Puigdemont y Junqueras frente a la Casa de la Repblica (Waterloo), el 7 de julio de 2021Europa Press
“Todo por los aires”
Adelantaba El MUNDO el pasado domingo que Puigdemont quera que su vuelta hiciera que todo salte por los aires. Su regreso era su ltima bala para que Illa no escribiese el The End a la aventura, para ser l quien pusiera el broche final a la historia ms peliculera del procs. Hoy lo ha hecho.
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