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No haba terminado de hablar la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, Mara Jess Montero, que apelaba desde la tribuna del Congreso a los grupos a “dar el primer paso para la aprobacin de los Presupuestos”, cuando en el patio, a escasos metros, el portavoz adjunto de Junts, Josep Maria Cruset, confirmaba que su partido votaba en contra de la senda de dficit y, por tanto, el Gobierno se quedaba sin apoyos para ese “primer paso”. Junts pone otra vez al Gobierno contra las cuerdas. Tumba la senda de dficit.
Los 7 votos de los independentistas eran claves y necesarios para poder sacar la negociacin. En realidad, como todas las votaciones en esta legislatura, en la que Pedro Snchez no puede prescindir de ninguno de sus socios. Hasta que no haya una senda de estabilidad aprobada en el Congreso, el Gobierno no puede presentar los Presupuestos para 2025.
A nadie se le escapa, tampoco al Gobierno, que este revs del partido de Carles Puigdemont se produce en la recta final de la negociacin entre el PSOE y ERC para intentar un pacto de cara a la investidura del socialista Salvador Illa. Saben bien en el Ejecutivo, y lo lamentan, que la competicin entre ERC y Junts, la pugna permanente que mantienen, es algo que s puede dar al traste con la legislatura. “Ellos o el desierto”, sintetizan, con lamento, fuentes del Gobierno. Cada vez que uno se mueve o tiene protagonismo, el otro responde. Y el Ejecutivo, en medio.
Fuentes socialistas recuerdan tambin el calendario, para contextualizar esta decisin de Junts, toda vez que este mircoles se renen en el Palau de la Generalitat Pedro Snchez y Pere Aragons. De ah que aunque reconocen que no es el escenario que esperaban, tampoco les causa extraeza. “Hay tiempo”, trasladan en el PSOE, intentando un mensaje de “tranquilidad” y desechando la idea de que este revs suponga un adelanto electoral. “Estamos escrupulosamente en tiempo”.
La aprobacin de los Presupuestos es vista en el Gobierno como una de las piedras angulares, junto a la situacin poltica catalana, para poder lanzar la legislatura. El Ejecutivo ya prorrog las cuentas de 2024 debido a las elecciones en Catalua. Tener los nmeros hechos para 2025 les permitira al menos dos aos de mandato y, por tanto, culminar el mandato, pues en 2027, como tarde, habr elecciones generales.
Revs reversible en un mes
El revs no es irreversible, no obstante. El Gobierno tiene un mes para volver a aprobar la senda de dficit en Consejo de Ministros y volver a someterla a votacin en el Congreso. Agosto en un mes no hbil en la Cmara. Pero Junts advierte de que hasta que no se revierta la situacin en materia de ejecucin presupuestaria, La Moncloa no contar con su apoyo. “Es evidente que mientras no cambie esta realidad, que hemos expuesto a este dficit de ejecucin de presupuestos que tanto perjudica a Catalua, el Gobierno no puede contar con los siete votos de Junts para la tramitacin de los Presupuestos Generales del Estado del ejercicio 2025″.
La justificacin oficial que da Junts para asestar este importante revs al Gobierno es la baja ejecucin de presupuestos anteriores en Catalua. Cruset se ha quejado de que en el ejercicio presupuestario de 2023, Catalua se ha quedado en el 45% de la ejecucin presupuestaria. “Si miramos la totalidad de todas las comunidades, Catalua se queda en el porcentaje de ejecucin ms bajo de toda Espaa”.
Mientras se produca el rechazo, desde la tribuna de oradores, Montero, ajena a que la votacin ya estaba sentenciada, tenda “mi mano y la de mi equipo para mantener un debate, reuniones, que nos permitan seguir avanzando y podamos presentar las cuentas en tiempo y forma”.
De nuevo una votacin clave en el Congreso, y de nuevo “la silla elctrica”, como definan muchos en el PSOE la situacin. El Gobierno llega sin saber si tendr los apoyos necesarios. Otra vez, caminar sobre el alambre. La senda de dficit se aprob hace una semana en el Consejo de Ministros, y se decidi llevar rpido al Congreso, bajo la conviccin de que saldra adelante. Hace semanas que hay conversaciones entre el Ejecutivo y los grupos, tambin Junts, y su percepcin era iban a ponerle en esta votacin una piedra en el camino.
Pero conforme avanzaba el martes, la desconfianza se instal ya de manera irremediable en el Ejecutivo. Queran creer, pero apelaban a que haba que esperar. La propia Montero se mostraba horas antes de la votacin “confiada”, pero no segura. As lo trasluca en su intervencin al asegurar que se “hace difcil justificar un voto en contra de la senda de dficit”
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