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La frase desconcert a muchos. Dej descolocado a su partido e, incluso, ms de uno la desaprob. El pasado 7 de septiembre, Pedro Snchez anunci su intencin de seguir gobernando con o sin el Legislativo. Una declaracin de intenciones que gener polmica, porque se interpret como la defenestracin de uno de los poderes del Estado si resultaba un obstculo para seguir como inquilino en La Moncloa.
Pasados los das, el planteamiento se ha edulcorado, hasta el punto de darle por completo la vuelta. El presidente del Gobierno hizo ayer un nuevo giro y dio orden de mano tendida al Legislativo. Cambio de rumbo. Prioridad para negociar y abrirse a las ideas y necesidades de otros grupos. Asume Snchez su fragilidad parlamentaria y que la ruptura de su bloque de gobernabilidad, con Junts y el PNV coqueteando en alguna votacin con el PP, puede tumbar su mandato.
Hacer de la necesidad virtud es una suerte de tatuaje en La Moncloa. Ha sucedido ya en varios captulos, como por ejemplo la Ley de Amnista, y ahora Snchez escribe un nuevo captulo. Hacer de un Gobierno en minora una ventana de oportunidad, sepultando la realidad de caminar por el alambre en cada votacin. Gobiernos sin mayoras lograron avances clave como la ley del divorcio. Si se quiere se puede y nosotros, como queremos, vamos a poder, fue el mensaje optimista que trat de lanzar este lunes a sus diputados, senadores y eurodiputados, en un ambiente de incertidumbre en el partido sobre cul ser el rumbo y las constantes vitales de la legislatura.
Snchez sabe que no puede prescindir de ni un solo voto. Por eso, los esfuerzos de los ltimos das hacia formaciones como el PNV o Junts. Bolaos se reuni con la formacin vasca la semana pasada y las citas fuera de Espaa con los independentistas catalanes vuelven al tapete tras el parn veraniego. Pero las grietas en el bloque de gobernabilidad obligan a todos a remangarse. Snchez se pone a la cabeza -Yo voy a dejarme la piel para que la agenda de progreso siga avanzando-, pero lanza la orden de que todos detrs y al comps. Mi mano est tendida, la puerta de la Moncloa est abierta a todo aquel que quiera negociar y que quiera sumar. Y hoy os pido que hagis lo mismo aqu, en el Parlamento. Os pido que practiquis esa poltica de dilogo y de acuerdo, que seis propositivos.
Una de las quejas recurrentes de los socios de gobernabilidad es que la accin del Gobierno eran lentejas. Que las iniciativas no se negociaban antes de presentarse y que luego se les exiga aprobarlas bajo la amenaza de que la alternativa era la llegada de un gobierno del PP con Vox. Un argumento que sigue siendo vlido para Snchez, que lo ve como el pegamento para sus votos: Con los socios hay cosas que nos separan, pero tambin que nos unen, por ejemplo enfrentar la ola ultraderechista que recorre Europa.
El intento de aprobar los Presupuestos ser una suerte de prueba del algodn, aunque el jefe del Ejecutivo est decidido a seguir al mando haya o no Cuentas Pblicas -de no sacarlas adelante sera el segundo ao seguido que no lo consigue-. Hay Gobierno para largo, clam en esa estrategia de poner un halo de optimismo para envolver todo. Como cebo para asegurarse apoyos al tiempo que tratar de agrietar la posicin del PP, ayer anunci que los Presupuestos incluirn 5.000 millones adicionales para las comunidades, diputaciones, consejos y ayuntamientos. Una oferta que lanz cuatro das antes de recibir en La Moncloa al lehendakari Imanol Pradales y a los presidentes populares de Andaluca, Juanma Moreno, y de Galicia, Alfonso Rueda.
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