• Directo Elecciones 28-M, ltima hora en directo
• 28-M Feijo eleva su referndum sobre Snchez en el cierre de campaa: “Entre el sanchismo o Espaa, Espaa”

Isaac Palencia naci en 1987, milita en el Partido Socialista de Euskadi y quiere ser alcalde de Rentera, Guipzcoa. Daniel Garca naci en 1996, tiene carn del PP y cree que puede regir Labastida, lava. Los dos representan un tiempo nuevo: ninguno de ellos ha caminado con escolta. Pero ambos representan tambin una paradoja y una excepcin: cuando ETA ha desaparecido y se supone que al fin impera la igualdad de condiciones entre partidos, los jvenes vascos no votan a los partidos que se en

frentaron al terrorismo. Eligen una papeleta nacionalista, preferentemente la de

, o bien se abstienen. Es decir, o no votan o votan a los herederos de los violentos.

No hay relevo generacional, explica

, profesor de Ciencia Poltica en la UNED curtido en el Euskobarmetro de la

, un prestigioso sondeo que durante 25 aos analiz a fondo la identidad, las preferencias y los cambios de los vascos. El electorado del PP y del PSE envejece mucho. Los abuelos socialistas se mueren y sus nietos o se abstienen o votan nacionalista, preferentemente a Bildu. Pero desde luego no, o muy poco, constitucionalista, explica.

Los datos avalan este anlisis. Las medias de edad de los votantes de PP y PSOE son las ms altas: 60,1 y 57,9 aos en las ltimas elecciones autonmicas, segn el

. Entre los vascos de 18 a 24 aos el recuerdo de voto ms numeroso corresponde a EH Bildu (21,1%), seguido de cerca por la abstencin (20,3%) y despus por el

(16,7%). Entre los 25 y los 34 aos ganan la abstencin (21,7%), EH Bildu (18,1%) y el PNV (16,3%). En esas franjas de edad los votos a socialistas y populares son muy escasos (entre el 0% y el 8,9%).

Durante dcadas, cuando se oa el nombre de Rentera (39.200 habitantes), lo primero que vena a la cabeza eran contenedores y autobuses quemados. En este feudo de la izquierda espaola -cuatro alcaldes del PSE durante 25 aos-, ETA mat al polica municipal y militante socialista

, y ejecut el doble crimen que quiz exprese mejor la cruel persecucin contra los polticos no nacionalistas. En 1997 la organizacin asesin al concejal del PP

y un ao despus a su sustituto,

. Ambos eran amigos y caldereros humildes. Hoy, un cuarto de siglo ms tarde, nadie del PP se sienta en el pleno y EH Bildu gobierna con el apoyo de

. Qu ha sucedido?

En parte todo eso no se tiene en cuenta, responde Isaac Palencia desde la casa del pueblo de Rentera, la ms atacada. Me parece injusto, pero tenemos que mirar al futuro: nadie te va a votar por lo que has hecho en el pasado, sino porque seas til y trabajes por aquello que le preocupa a la gente: vivienda, empleo….

Entre los 18 y los 34 aos el partido ms respaldado es EH Bildu

Nacido en

, el candidato socialista lleg con menos de un ao a Rentera, donde sus padres -l, minero- tenan parientes y buscaban una vida mejor. Tras trabajar de rbitro de ftbol y montar una empresa de venta de equipamiento deportivo, Palencia quiere volver a convertir al PSE en la primera fuerza local. A Bildu, dice, le queda mucho recorrido por hacer, pero los socialistas trabajan da a da para lograrlo.

Lo cierto es que el voto no nacionalista vasco presenta un declinar constante y no solo entre los jvenes. Segn los datos del analista y ex dirigente de Euskadiko Ezkerra

, la gran bajada de este voto en el Pas Vasco se produjo entre las elecciones generales de noviembre de 2019 y las autonmicas de 2020:

, PP,

y tambin Podemos perdieron la mitad de sus apoyos. Pasaron, en conjunto, de los 557.074 a los 272.580 votos. Aulestia y Leonisio coinciden en sealar al menos una causa: el voto del no nacionalismo es reactivo. Es decir, se activa como reaccin a lo que ve como una amenaza del independentismo. Ocurri con el

, y en Catalua con el

, cuando

gan los comicios. Pero ahora ese soberanismo est aletargado.

La desaparicin de ETA y el modo en que ha desaparecido han abierto una etapa en la que la situacin de tensin que vivamos hace diez o quince aos se ha desinflamado, y eso ha generado una sensacin de alivio y de desmemoria bastante palpable, explica Aulestia. Junto con ello, el nacionalismo ha aparcado el independentismo. El PNV no est haciendo un discurso soberanista. Y EH Bildu tampoco: su discurso se acerca a Podemos y la soltura con la que se maneja en sus pactos de gobierno en Madrid y con asuntos como la Ley de Vivienda le est propiciando un blanqueamiento que le ayuda a acomodarse y a olvidarse del pasado. Su campaa se centra mucho en el futuro: presentan el pasado como el barro al que los quieren arrastrar.

Pero el pasado est ah. Han transcurrido 12 aos desde que ETA no mata y cinco desde que se disolvi y, sin embargo, persisten los malos pronsticos para los partidos no nacionalistas. El PSOE aspira a mantenerse, instalado casi como apndice del PNV en una coalicin que probablemente vuelva a hacerse con buena parte de los ayuntamientos y con al menos dos de las tres diputaciones, dueas de las haciendas forales. Las incgnitas este 28-M se circunscriben bsicamente a Vitoria y a Guipzcoa, PNV y EH Bildu se disputan el triunfo. Y eso que la capital alavesa fue un estandarte popular.

De los aos de plomo tampoco se ha evaporado un problema: al PP an le cuesta completar sus listas y ha acudido a otras regiones para pedir ayuda a sus militantes con el argumento de que, aun sin terrorismo, la falta de libertad y el amedrentamiento siguen estando presentes por los herederos de quienes hasta hace poco mataban.

Es injusto, pero nadie te vota por lo que has hecho en el pasado

Por un lado est la presencia tan importante que el Gobierno [central], tambin antes del PP, da siempre al PNV y ahora a Bildu. Contra eso es imposible que socialistas y populares puedan hacer nada aqu, apunta

, profesor de Historia del Pensamiento Poltico en la Universidad del Pas Vasco.

Tambin ocurre que tras tantos aos de terrorismo la realidad social vasca ha quedado completamente desfigurada, aade. Chacn recuerda cmo entre los primeros asesinados destacaban los polticos de

, con lo que eso supuso para que la derecha democrtica arraigara en muchos municipios vascos.

Est tambin el fenmeno de los exiliados por amenazas o miedo, que ya nunca ms votaron ni tuvieron hijos en Euskadi, aunque cifrarlos con rigor resulta hoy casi imposible.

Estn tambin unos espacios pblicos totalmente controlados por el nacionalismo, subraya Chacn, en los que no hay banderas de Espaa pero s ikurrias e incluso carteles a favor de los presos de ETA.

Y, en fin, contina un miedo interiorizado, porque el pasado es muy reciente y fue muy duro.

“An hay hostilidad”

Ya no existe violencia pero s hostilidad, resume Daniel Garca desde Labastida, un pueblito de 1.500 habitantes enclavado en la Rioja Alavesa y volcado en las bodegas. All este joven gan las elecciones de 2019, pero no logr la alcalda por un pacto entre el PNV y EH Bildu.

Garca es economista, public con solo 16 aos el libro

(Crculo Rojo, 2013), ha trabajado en un alojamiento turstico, e hizo algo tan raro para ser vasco y joven como es afiliarse al PP. Aunque l precisa que la

es una zona especial. Tiene razn: all el PP fue fuerte durante aos y, dice Garca, puede volver a serlo.

-Y cul es la relacin con EH Bildu en el pueblo?

-Es un pueblo pequeo. Las relaciones personales en el pleno son de cordialidad y de una buena intencin compartida de trabajar por el pueblo. Nosotros tenemos claras las lneas rojas con Bildu y cuando plantean mociones ideolgicas ya sabemos que no nos vamos a poner de acuerdo. Pero esto es un pueblo y aqu hay que ponerse de acuerdo para un centro de mayores o para las luces LED. Aunque claro que duele que hace cuatro aos nos arrebataran la alcalda porque no somos nacionalistas. Porque esa fue la razn.

, profesor de Historia en la Universidad del Pas Vasco experto en el estudio del nacionalismo, mira ms atrs cuando se le hace la pregunta del milln:

-Por qu los partidos que fueron vctimas de ETA no han salido reforzados de su fin, sino al contrario?

-En buena medida eso parte de cmo se hizo la

, porque no resolvi cmo establecer una dinmica patritica movilizadora. Es decir, la Transicin fue una improvisacin a partir de unas certezas que facilitaron el pacto entre franquistas y antifranquistas sobre un consenso en el que la idea de nacin espaola no generara conflictos. Se rebaj el peso del nacionalismo que se haba vivido en la dictadura hasta convertirse en un nacionalismo o patriotismo espaol difuso que no aparece en las calles y cuyos smbolos no son visibles en el

y

, frente a un nacionalismo perifrico que, en cambio, s se construye desde la cultura del antifranquismo.

Molina sostiene que, aun despus de ETA, el problema del llamado constitucionalismo es que le falta un relato de nacin. Con todos esos dficits, lo explcitamente espaol no se relaciona con la democracia, la modernidad y el progresismo, por mucho que estemos en el momento con menor peso del sentimiento independentista entre los vascos.

Y por qu los jvenes votan a EH Bildu? En esta campaa, y ms all de la polmica sobre sus candidatos condenados por terrorismo, la coalicin de

ha reforzado un perfil cercano a Podemos, que, aunque suele olvidarse, protagoniz en 2016 una enorme sorpresa al ganar las elecciones generales en Euskadi superando al poderoso PNV. La estrategia de EH Bildu pasa por robar todo el voto posible a los morados, que se han autodestruido en el Pas Vasco con la inestimable ayuda de

. Y parece que a los abertzales la jugada les est saliendo bien. Otra cosa es, como dice el candidato socialista de Rentera, que sea justo.