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El vnculo en la Comunidad y el Ayuntamiento es inexistente, en otros municipios gobiernan en coalicin
Un ao despus de que la relacin entre Isabel Daz Ayuso y Roco Monasterio saltara por los aires, los puentes siguen sin recomponerse. Ni un contacto ni una llamada entre los miembros del Gobierno regional y los de Vox, ms all de las interacciones en la Asamblea de Madrid, marcadas por el choque continuado entre ambas. Mismo escenario se produce en el Ayuntamiento de Madrid con el alcalde, Jos Luis Martnez-Almeida, favorable a la reprobacin de Javier Ortega Smith tras lanzar una botella al concejal de Ms Madrid Eduardo Fernndez Rubio el pasado 23 de diciembre. Y, al mismo tiempo, ms de una decena de municipios de la regin cuentan con coaliciones de ambas fuerzas al frente de sus ayuntamientos.
Esta es la historia de una relacin a doble velocidad, donde el enfrentamiento nacional ya ha hecho tambin acto de presencia, con una ruptura total en el plano autonmico y en el capitalino y plena normalidad en el gobiernos municipales. Fuentes de ambas formaciones remarcan que efectivamente ese es el clima actual. Se les trata con el mismo respeto que a todos los grupos de la oposicin, afirman desde la Puerta del Sol. Les resultamos molestos, no quieren saber nada de nosotros, argumentan por contra en el equipo de Monasterio.
Esa tensin se hace palpable en gran parte de las sesiones de control en la Asamblea. Sin ir ms lejos, desde Vox se acus a Ayuso de promover un presupuesto socialista y de aplicar medidas comunistas como la reforma de la Ley mnibus que afecta a Telemadrid, el Consejo de Transparencia o la Cmara de Cuentas. La libertad se acaba en campaa, en el Gobierno, comunismo, seal la diputada Ana Cuartero, aplaudida por Monasterio.
En las ltimas semanas, Ayuso, por su parte, ha sealado a la lder de Vox por plantear propuestas maniqueas cuando no falsas, por creerse con la razn absoluta, por ponerse el mundo por montera o por lanzar mensajes ciertamente dudosos sobre la inmigracin. No me extraa que se vayan empequeeciendo cada vez ms porque con tanta propuesta demaggica creo que van a tener poco recorrido, lleg incluso a pronosticar la presidenta regional el 8 de diciembre.
Y, sin embargo, los gobiernos de coalicin siguen adelante sin mayores problemas. Se est gestionando bien en comn, apuntan desde el PP de Madrid. No hay queja, se aporta desde Vox sobre unos acuerdos que han llegado a grandes ciudades de la regin, como Alcal de Henares o Mstoles, pero tambin a Rascafra, Aranjuez, Villaviciosa de Odn o Colmenar Viejo.
Para garantizar que sigan en esa lnea el canal de interlocucin entre ambos partidos pasa por una especie de comit de garantas que en el lado popular integran el secretario general en Madrid, Alfonso Serrano, y el viceconsejero de Administracin Territorial, Jos Antonio Snchez, mientras que en Vox lo lidera el diputado Jorge Arturo Cutillas. Adems, en la formacin de derecha radical se fija una reunin semanal, cada martes por la tarde, para hacer seguimiento municipal.
La relacin es buena, todo sigue su curso, pero sobre todo en los pueblos pequeos hay que estar atentos porque prima ms lo personal que lo poltico, destacan en el equipo de Roco Monasterio, donde desligan la ruptura nacional, regional y del Ayuntamiento de Madrid del resto de consistorios. Son cosas distintas, aqu nos importa la gestin, no tiene nada que ver. Adems se est demostrando que no somos los ogros que nos queran hacer parecer, indican fuentes de Vox.
El anlisis que se hace en el PP, tambin desde la nacional, va un paso ms all sobre los acuerdos municipales en Madrid y en el resto de Espaa. No se quieren ir de esos gobiernos porque una vez que se toca moqueta nadie quiere soltarla. No hay problemas ms all de alguno aislado as que sus cargos municipales no entienden por qu iban a tener que romper relaciones, ahonda un dirigente popular. Nadie por muy outsider que sea renuncia estar en un Gobierno, sea del tamao que sea, agrega un segundo integrante del partido.
Incluso hay quien vaticina dentro del partido que si Vox mantiene su lnea descendente a futuro, como ahora pronostican las encuestas, algunos de sus integrantes acabarn pidiendo plaza en las filas populares. “Veremos cuando llegue ese momento”, concluyen fuentes del PP.
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