Junqueras encarecer la investidura de Snchez si est en su mano y Puigdemont tiene decidido bloquear la gobernabilidad

Ciertamente, las fuerzas independentistas catalanas perdieron 350.000 votos en las elecciones municipales del pasado 28 de mayo. Ciertamente, han sido incapaces de exhibir una imagen de reencuentro durante la campaa de las generales para reenganchar a sus votantes y revertir la abstencin, que se presenta como su principal enemiga el prximo domingo. Pero no menos cierto es que ERC y Junts pueden resultar determinantes para la gobernabilidad de Espaa si el PP no logra sumar la mayora necesaria para descabalgar a Pedro Snchez de la presidencia.

Resulta obvio que el socialista podr seguir recurriendo a ERC si con su apoyo le basta para mantenerse en La Moncloa. El partido liderado por Oriol Junqueras ha escenificado un endurecimiento de sus condiciones para ungir al candidato del PSOE, pero no dudar en hacerlo si tiene ocasin, consciente de que la poltica de concesiones hacia el independentismo finalizara abruptamente si Alberto Nez Feijo rene los votos necesarios para ser investido.

Tres son las condiciones de los republicanos para volver a respaldar a Snchez: mantener con vida la mesa de negociacin sobre la autodeterminacin catalana es la principal. Poco antes del batacazo de los comicios locales Pere Aragons nombr a un comit de expertos que deba disear un pacto de claridad para invitar al Estado a acordar la celebracin de un referndum homologable internacionalmente. Los trabajos de ese sanedrn han quedado paralizados hasta conocer el resultado de las generales, pero la apuesta de ERC pasa por seguir avanzando en esa va para acabar exigiendo una votacin secesionista tolerada por el Gobierno, a diferencia de la organizada el 1 de octubre de 2017.

Si Snchez traga con ese requisito, el camino asomar llano, pero no expedito, pues ERC tambin exige el fin del dficit fiscal y el traspaso de la red de Cercanas. Esta ltima condicin podra ser asumible a tenor de las concesiones realizadas en la legislatura que expira, con los indultos y la eliminacin del delito de sedicin a la cabeza. Pero ms difcilmente concretable ser el acabar con ese expolio que el independentismo cataln viene blandiendo como argumento electoral desde que tiene uso de razn.

En cualquier caso, ese escollo ser ms fcil de salvar que la obstinacin de Carles Puigdemont. Snchez no ser presidente con los votos de Junts. Pagar por avanzado a un to al que no le compraras ni un coche de segunda mano es un deporte de riesgo, manifest la pasada semana el prfugo. Su valida, la afn Mriam Nogueras, ejecutar las rdenes del fugado sin titubear y stas pasan por boicotear el funcionamiento del Estado tanto como sea posible. Llegando a forzar una repeticin electoral? Es un escenario plausible para un partido que ansa recuperar protagonismo para volver a disputar la Generalitat a ERC en cuanto le sea posible. Y qu mejor cartel que el de demostrar que el secesionismo vuelve a ser el principal quebradero de cabeza de Espaa, al contrario de lo que defiende Snchez, quien da a Catalua por normalizada.

Que el independentismo pueda resultar decisivo este 23-J no quiere decir que sus resultados vayan a ser espectaculares. La demoscopia da por seguro vencedor al PSC y concede posibilidades al PP de seguir a los socialistas catalanes como segunda fuerza, superando a los dos grandes partidos independentistas y alcanzando ocho o nueve diputados, por los dos actuales.

Asignado el triunfo, esa segunda plaza se ha convertido en el principal objeto de deseo de los partidos que libran la batalla catalana. Si el PP la conquistara, quedara ratificada su resurreccin en la comunidad y apuntalara una victoria holgada de Feijo. Mientras, ERC y Junts persiguen imponerse en su particular duelo con la vista puesta en las prximas autonmicas catalanas que tendrn lugar en 2025 si Aragons no sucumbe antes a su minora.