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David, el nuevo hroe de Valdecaballeros: se sube a una cruz y se pone en huelga de hambre para evitar el derribo de la presa aprobado por el Gobierno

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David, el nuevo hroe de Valdecaballeros: se sube a una cruz y se pone en huelga de hambre para evitar el derribo de la presa aprobado por el Gobierno

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Este soldador de 38 aos, emigrante extremeo, ha dejado su trabajo en Avils (Asturias) y ha regresado a su pueblo para iniciar la protesta

David Bravo, durante su protesta subido en una cruz.
David Bravo, durante su protesta subido en una cruz.EL MUNDO

David Bravo (38 aos, natural de Valdecaballeros, Badajoz) trabajaba hasta hace tan slo unos das como soldador en Avils (Asturias). Lo haca en un taller especializado en material prefabricado, tanto para barcos, casas o contenedores. Tiene un hijo a su cargo y haba decidido emigrar en noviembre a la tierra de su padre para mejorar sus perspectivas laborales. All fue cuando se enter, como public EL MUNDO, que el Ministerio para la Transicin Ecolgica y el Reto Demogrfico haba dictado en el BOE una orden donde se aprobaba el derribo de la presa del embalse de su pueblo (algo ms de 1.000 habitantes). La localidad salt a la fama a mediados de los 80 por quedarse sin central nuclear cuando las obras estaban a punto de terminar. El Gobierno de Felipe Gonzlez se ech atrs y aprob una moratoria nuclear.

La gran obra de ingeniera, con una capacidad de 71 hm3 sobre el cauce del ro Guadalupejo, que se haba construido en 1984 para refrigerar los dos reactores previstos, no entr nunca en servicio. All qued plantado, entre otras cuestiones, un gran muro de 36 metros de altura y una longitud de 487 metros. Sin embargo, durante las ltimas cuatro dcadas se ha venido reutilizando sin interrupcin para abastecer de agua potable a las poblaciones pacenses de Valdecaballeros, Castilblanco y Ala (Cceres), casi 3.000 personas en total, y ms del doble en verano, adems de servir de riego para una zona con un potente sector ganadero que abarca 20.000 hectreas.

As que David no se lo pens dos veces cuando ley que el Gobierno haba dado seis meses de plazo para su derribo. Pidi el finiquito en su empresa y volvi a Valdecaballeros para ponerse en huelga de hambre (desde el pasado lunes) para llamar la atencin. Se ha convertido, junto a su gran cruz, en todo un smbolo: “Como refresca, la noche se hace dura, lucharemos con todo sin dejar de avanzar”, cuenta de su primera madrugada, subido a la cruz de metal de 6.20 metros, pintada de azul (“el color del agua”), que l mismo ha fabricado.

David explica que se le ocurri la idea de recurrir a este smbolo cristiano para transmitir “que a todos los del pueblo nos estaban crucificando con esta decisin del derribo”. Luego le surgi otra justificacin que tambin le encajaba: “Representa a la Cruz de Asturias, a la unin y la victoria, y tambin el hecho de defender la vida”, proclama, aunque tenga que ser incluso “a caballo y espada”, como narra la historia. De paso, hace clculos de cunto aguantar sin ingerir alimentos y slo agua: “Unos 60 das…”.

As con mucha fortaleza todava por delante, ahora su nica preocupacin es crear la suficiente concienciacin para luchar en esta cruzada “todos juntos” mientras prepara una manifestacin para el prximo 21 de mayo si consigue la autorizacin de la Delegacin del Gobierno. “La gente debe despertar, decir: Basta ya! Los necesitamos porque tenemos que unirnos todos a una: animalistas, cazadores, pescadores, agricultores… porque todos bebemos, todos necesitamos la vida que nos da el agua, la unin da la fuerza y esa pueda ser nuestra victoria”, pronostica.

El caso de David (“con 80 cntimos en su cuenta bancaria, aunque espero el ingreso en breve de mi ltima nmina”) no es el nico en Valdecaballeros, aunque s el ms meditico, que est brotando para defender el ‘status quo’ actual. Otros muchos ciudadanos de a pie han empezado estas ltimas fechas a movilizarse para evitar la decisin unilateral del Gobierno, que quiere restituir “a su estado natural” la zona que nunca lleg a ser nuclear. Para ello dio un plazo mximo de seis meses. Ni la propia Junta de Extremadura ni los ayuntamientos afectados entienden la decisin gubernamental del derribo, que fue pedido por algunas asociaciones ecologistas, entre ellas ‘Ros de Vida’. La Orden Ministerial no slo da por extinguido el derecho de concesin de aguas que otorg a las compaas en 1982 para el aprovechamiento de aguas del ro Guadiana, en el embalse de Garca Sola, adonde llegan por medio del afluente del ro Guadalupejo, sino que apremia a los ayuntamientos implicados, junto a la Confederacin Hidrogrfica del Guadiana, a buscar una solucin para el servicio de agua a los vecinos. Los costes de las actuaciones del derribo, an sin concretar oficialmente, “sern a costa de las titulares de la concesin”, segn la orden, y las nuevas infraestructuras para potabilizar el agua, a los vecinos.

La Junta de Extremadura -que es la titular de los terrenos de la central desde enero de 2020 y a la que el Ministerio no ha consultado la orden del derribo- ya ha anunciado la interposicin de un recurso para evitar la demolicin. El alcalde de Valdecaballeros, Gregorio Rodrguez Dueas (PSOE), no entiende la decisin. “Ahora contamos con una planta potabilizadora y si derriban la presa nos obligaran a desplazarnos dos kilmetros al sur lo que supondra un cambio a peor en la calidad del agua, que ya no vendra de la zona montaosa, adems de ser un grave perjuicio para la ganadera y para el ecosistema natural, con un dao irreversible”. Mientras David, subido en todo lo alto de su cruz azul, lucha como un guerrero “ante la gran injusticia que se quiere cometer, un autntico sinsentido”, proclama el nuevo hroe de Valdecaballeros.

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