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El ministro de Exteriores vuelve a llevar la cuestin a un Consejo de asuntos Generales para mostrar a Puigdemont su compromiso a pesar de que los 26 ya acordaron esperar a estudios de impacto y coste
El ministro de Asuntos Exteriores de Espaa, Jos Manuel Albares, participar este martes de nuevo en una reunin del Consejo de Asuntos Generales de la UE. Normalmente los ministros delegan en el secretario de Estado para la UE la asistencia en este formato, pero igual que ocurri el mes pasado, el Gobierno quiere demostrar a los independentistas catalanes que su apuesta en favor del uso del cataln, el euskera y el gallego en las instituciones europeas va en serio.
El tema est aparcado. Albares, tras su promesa en agosto a Carles Puigdemont, mand una carta a la presidencia rotatoria (es decir, a s mismo) y a la secretara general del Consejo para meter en la agenda de la cita de septiembre la cuestin de las lenguas, y lo hizo, de forma “desproporcionada”, segn fuentes europeas, con una mocin de debate y aprobacin. Es decir, con la esperanza, o al menos as queran que apareciera, de que se resolviera de una vez por todas. Era absolutamente imposible. Es una cuestin mayor, importante, con profundas implicaciones polticas, econmicas y de funcionamiento, era impensable que algo as pudiera despacharse con apenas una sesin entre los embajadores de los 27 en Bruselas y una discusin a nivel de ministros. Y en efecto, no ocurri.
Antes de esa cita diferentes pases hicieron pblicas sus dudas, preguntas y objeciones. Suecia y Finlandia fueron los que ms claro lo pusieron negro sobre blanco, pero otros muchos tenan serias reservas. Aun as, Espaa, como pas interesado y presidencia, meti la cuestin y Albares lo defendi en la sala, llegando incluso a proponer que el cataln fuera “priorizado” respecto al Euskera o el gallego, lo que molest profundamente a sus aliados nacionalistas. La cuestin qued aparcada entonces.
Espaa celebr que no hubiera “ningn veto”, y que la decisin de los ministros fuera una patada para adelante. Delegar en los embajadores y los tcnicos comunitarios para que se perfile una peticin todava por definir para hacer un informe que evale qu coste econmico tendra la introduccin de una o tres lenguas ms, qu consecuencias legales, cmo afectara al funcionamiento de una UE que ya de por s es bastante lenta. Esa fue la decisin y no va a cambiar nada ahora. Pero el ministro quiere seguir dando empaque poltico a esa apuesta, clave para la investidura, pues una de las condiciones de Junts es que el tema estuviera avanzado.
Lo cierto es que las reservas siguen siendo las mismas y no van a desaparecer. Nadie vet formalmente, porque no haba necesidad. Muchos pases mostraron sus dudas, sus problemas, temores ante lo que podra ser un precedente que otros movimientos nacionalistas o regionalistas usen para intentar lo mismo, haciendo que la UE se volviera muchsimo ms complicada de lo que es ahora. El Gobierno se ofreci a correr con todos los gastos que pudieran ser derivados, a sealado que un buen nmero de los intrpretes de espaol de las instituciones ya podran traducir cataln. Ha jugado con el peso demogrfico del cataln, que tiene ms hablantes que muchas de las lenguas oficiales de la Unin. Y ha tirado de precedentes, a menudo cogidos con alfileres, sobre el uso limitado que se puede hacer ya en circunstancias muy especficas.
Pero ni fue suficiente el mes pasado ni lo ser ahora. Las intervenciones fueron ms de las esperadas por la presidencia espaola, y fuentes consultadas indican que el tema era tan delicado que para evitar problemas, filtraciones y que los mensajes de otros Estados Miembro trascendieran, las notas que habitualmente se toman en esa reunin de Asuntos Generales, y que se distribuyen al ministerio de Exteriores y otras muchas embajadas, fueron recortadas. Los receptores vieron los apuntes de lo que haba sido discutido en el resto de puntos del da, pero no los detalles de los debates de las lenguas.
La presencia del ministro en Luxemburgo coincide con una macrocampaa de relaciones pblicas lanzada desde la Generalitat de Catalua la semana pasada, llenando de carteles el centro de Bruselas y otras grandes capitales para promocionar el cataln. “Queremos que la ciudadana europea conozca la demanda de la oficialidad del cataln en la UE y la vea en positivo y con empata”, dijo durante la presentacin la consellera Meritxell Serret, que antes fue responsable de la oficina de la Generalitat en Bruselas y reclamada por la Justicia.
Durante el fin de semana algunas delegaciones mencionaban que el Gobierno espaol estara preparando un documento, un argumentario, para defender ante los ministros las ventajas y pocos costes de aceptar nuevas lenguas. Fuentes del ministerio de Exteriores descartan que sea as y dicen que el ministro estar presente para defender, de viva voz, la cuestin si sale y se logra debate o para resolver dudas. El nico argumentario es el realizado por la Generalitat y hecho circular en Bruselas y entre medios internacionales, en el que se defiende la medida y se llega a sugerir que un rechazo a la oficialidad, dado la especificidad del cataln y su nmero de hablantes, sera poco democrtico.
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